domingo, 5 de febrero de 2012

Palabra de padre

En sintonía con los hp’s al cubo, o como consecuencia de estos, está la ‘generación’ JESP (jóvenes emigrantes sobradamente preparados). Estas siglas son utilizadas por expertos e instituciones, y el término ‘generación’ denota la magnitud del fenómeno.
Jóvenes que terminan la carrera y hartos de encadenar, en el mejor de los casos, becas, trabajos temporales y altamente precarios, hacen las maletas y se van. Es un adiós con cuenta gotas y silencioso. Pero multitudinario. El que no tenga un amigo ganándose el pan en el extranjero que levante la mano.
A raíz de la crisis el número de jóvenes que se ha ido de España ha crecido exponencialmente. De hecho, se calcula en unos 300.000 los jóvenes que se han ido del país desde 2008, año en que empezó oficialmente la crisis. Esto se traduce en un aumento del 25% con respecto a los datos previos a la crisis. Y la cosa no parece tener final.
Los analistas señalan la problemática de esta ‘fuga de cerebros’ sin parangón. En España nunca había sucedido nada así.
A mí el otro día mi padre, que nunca ha salido de la pequeña ciudad que le vio nacer, me soltó un "Hijo, con lo mal que están las cosas en el país, lo que tiene que hacer un joven preparado como tú es emigrar".
 Se me rompió el alma, que quieres que te diga.

No tanto por lo de irme, que me gusta y estoy acostumbrado. Sino porque tu familia, que siempre que estás lejos se queja de la distancia, hoy ve en la emigración la única solución al desempleo.

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